En forma constante se discute en el campo endodóntico la importancia de la obturación de los conductos laterales (CL) en el pronóstico del tratamiento. Algunos autores como Schilder H. (1967) y Weine F.S. (1984) consideran que su obturación contribuye al éxito del tratamiento; en tanto otros, como Ricucci D.y Siquiera J.F. (2010) no le asignan trascendencia. Es evidente que no existe la posibilidad clínica de instrumentarlos, por lo cual se insiste en el uso de soluciones químicas (Hipoclorito de sodio, EDTA, etc.) y procedimientos físicos (aparatología sónica, ultrasónica, etc.) a los efectos de desintegrar y/o disolver su contenido, facilitando entonces su obturación. Coincidimos que la observación radiográfica de un CL obturado no significa que haya sido rellenada completamente su anatomía, pero podríamos pensar que su obturación desplaza el contenido séptico de su interior hacia el periodonto, donde el componente celular y los mecanismos de defensa pueden encargarse de la remoción y/o digestión. En esta instancia, la obturación del CL actuaría como lo hace la lima de pasaje en el foramen apical. En general, cuando se produce una patología lateral que obedece a la presencia de un CL contaminado, éste tiene un tamaño importante, conteniendo restos tóxicos, orgánicos y bacterianos en cantidad considerable. Existen numerosos CL que por ser muy pequeños, presentan una carga tóxica y/o bacteriana que muchas veces el organismo puede controlar. Ahora bien, dejando de lado el interrogante si el CL obturado favorece o no el pronóstico a distancia, podríamos sugerir que la obturación del CL aclara, en muchas situaciones clínicas, el diagnóstico de la patología presente. En ciertas ocasiones, vemos en la radiografía una imagen radiolúcida lateral compatible con diferentes causas: fisura o fractura radicular, enfermedad periodontal, patologías extra-endodónticas, etc., lo cual dificulta el diagnóstico preciso y nos trae dudas respecto de la terapéutica adecuada. En estos casos, cuando realizamos la obturación endodóntica y vemos en la radiografía postoperatoria inmediata la obturación de un CL se certifica el diagnóstico y se convalida la terapia empleada.
Radiografía preoperatoria: Se observa en la zona del molar inferior la presencia de una lesión lateral a la altura del tercio cervical de la raíz distal. Hace varios años habían realizado un tratamiento endodóntico. Existe una solución de continuidad entre la obturación endodóntica y el perno intrarradicular. Se detectan signos de filtración coronaria por desadaptación de la restauración. La imagen radiográfica radiolúcida lateral es compatible con la posibilidad de un CL o también con una fisura radicular, dado que se encuentra a la altura del extremo apical del anclaje intrarradicular. El paciente presentaba clínicamente una fístula gingival cuyo cateterismo conducía a la zona radiolúcida lateral.
Radiografía postoperatoria inmediata: removidas la corona y el anclaje intrarradicular, se rehizo el tratamiento endodóntico. Puede apreciarse la obturación de un CL que se corresponde con la lesión lateral. Su obturación permite certificar la razón de la lesión.